26.02.2005 - PRESA DE NASSER, PHILAE Y KOM-OMBO



Las seis de la mañana fue la hora elegida para despertarnos, de obligarnos a dejar nuestros reconfortantes sueños. A los tres nos costo muchísimo levantarnos (a los cinco minutos de abrir los ojos ya habíamos cambiado de opinión, ya deseábamos empezar a conocer y a ver cosas), sobre todo a Elba, la cual tenia unos ojos que mostraban el profundo sacrificio que estaba realizando.

A todo el grupo nos estaba esperando un “digno” autobús poco después de haber liquidado un desayuno a base de bollitos de pan de distintas formas, croissantes, yogures, zumos, cafés, infusiones, etc. Al poco de iniciar nuestra excursión deambulamos curiosos siguiendo la dirección contraria a la seguida a la noche anterior, la única diferencia es que podíamos observar más claramente el despertar de la ciudad de Aswan y de sus habitantes. Aswan se yergue en la orilla derecha del Nilo, siendo sin duda alguna la puerta que comunica el norte del país, el Mediterráneo, con Sudán y por consiguiente con el corazón de África, con la profunda y negra África. Dicha localidad posee una gran importancia desde que en el año 1902 los ingleses, los cuales colonizaron el país durante el periodo que se inicio a finales del siglo XIX y que concluye con la independencia del país en el periodo entre las dos guerras mundiales, construyeron la primera de los dos presas que posee, y que supuso la primera infraestructura pensada y diseñada para control de las crecidas del Nilo además de suponer el comienzo de la irrigación de las tierras dedicadas al cultivo

El caso es que cruzamos la “Presa de los ingleses” siguiendo una humilde y “estropeada” carretera que en un momento dado discurría paralela al cementerio fatimí, el cual se encuentra muy cerca del conocido por “Obelisco Inacabado”, el cual pudo medir unos 40 metros y haber pesado unas 1.100 toneladas, aproximadamente.

Al poco tiempo, y después de pasar uno de los muchos controles de la policía turística, el autobús se detuvo en medio de la Gran Presa o Alta Presa, desde donde pudimos ver y, por supuesto fotografiar, unas increíbles imágenes como eran las formadas por uno de los mayores lagos artificiales del mundo, el Lago Nasser. Esta presa, la “Alta Presa” es, sin duda, uno de los grandes logros arquitectónicos del pasado siglo. Se construyo, bajo el mandato de Gamal Abdel Nasser, presidente de la actual Republica de Egipto entre los años 1956-1970. Comentar que fue él, el presidente Nasser el verdadero artífice del Egipto moderno, pues sus medidas configuran lo que hoy es este país, para bien y para mal: la abolición de la monarquía (la monarquía del rey Faruk I), la negociación con Gran Bretaña que remató con 72 años de colonización, el establecimiento de la republica, la nacionalización de los latifundios hasta entonces en manos de terratenientes, la nacionalización del Canal de Suez, …y también los conflictos con Israel (la Guerra de los seis días), el acercamiento al mundo árabe de los que era, sin duda, uno de los personajes prominentes. Fue sin duda un personaje fundamental en la historia moderna del país de los faraones, fue, quizás, el último faraón.



Comentar que desde el magnifico mirador que suponía la “Alta Presa”, desde sus 3.600 metros de extremo a extremo, de orilla a orilla y de los 111 metros de altura con respecto al nivel mas bajo del río, disfrutamos de una mañana soleada, de una agradable vista y de unos minutos que nos sirvieron para constatar una obviedad, que Egipto es el fruto del lento y sobrecogedor discurrir del Nilo, de su viaje de sur a norte del país.

Volvimos a nuestro autobús y nos dirigimos hacia la isla de Agilkia, la actual situación del Templo de Philae , debido al traslado forzoso que sufrió debido a la construcción de la “Alta Presa”. Para llegar hasta él, primeramente tuvimos, bueno nuestro guía tuvo que sacar la entrada y nosotros enfrentarnos a multitud de vendedores de las mas diversas mercancías, antes y después de pasar la taquilla, y con los barqueros que nos llevarían hasta Philae. Después de sentarnos en la barca, las cuales luchaban a golpes por un hueco para el amarre en el muelle, nos dirigimos hacia el templo. El breve paseo, agradabilísimo por el fragor del agua y el calor de los rayos de un ya poderoso sol, nos permitió observar el templo dedicado a Isis, la “madre de los dioses”




Accedimos a él abordándolo por su parte trasera y rodeándolo por el flanco derecho para dejarnos en el embarcadero que se sitúa el su parte frontal. Después de bajarnos, junto con otros muchos turistas más, y después de volver a pelearnos con más vendedores y de pasar el correspondiente control policial, pudimos ver frente a frente nuestro primer templo, el primer templo de nuestras vacaciones en Egipto

El templo de Isis, cuyo entorno quizás sea de los más bonitos de todos los que vimos en nuestra estancia en Egipto, es una construcción de la era grecorromana donde se conservan los últimos textos escritos tanto en jeroglíficos (394 d.C.) como en demótico (452 d.C.)

Desde el embarcadero, y después de subir una pequeña escalera los tres, junto con nuestro guía Tarik y el resto del grupo, accedimos al patio principal el cual se encuentra justo frente al primer pilono. Este patio se encuentra flanqueado a la izquierda por el pabellón de Nectanebo I , el cual presentas una hilera de 14 columnas bellamente grabadas y con 14 capiteles totalmente distintos unos de otros. A la derecha se encontraba el Templo de Arensnufis , dios nubio. La decoración de los pórticos incluye escenas de ofrendas y cartuchos con los nombres distintos emperadores romanos Augusto, Calígula, Nerón, etc. Frente a nosotros el primer pilono, el cual presenta una mayor longitud que el segundo que se encuentra justo a continuación





En este primer pilono pudimos observar, mientras escuchábamos las explicaciones de nuestro guía, diversas escenas de las matanzas de prisioneros realizadas por Ptolomeo XII así como representaciones de divinidades como Horus, Isis y Hathor junto con cartuchos con el nombre de Nectanebo I. Cruzamos este primer “escollo” para acceder al Patio Central el cual estaba delimitado a la derecha por una hilera de columnas, a la izquierda por la Casa del Nacimiento o Mammisi y por el frente por el segundo pilono. El Mammisi , que esta formado por un pronaos y 3 cámaras, era el lugar de adoración de Isis y se muestran escenas del nacimiento, la infancia y la educación de Hathor ( Diosa de la alegría, las fiestas, la embriaguez, la danza y el amor)

El segundo pilono , el cual es mas corto que el primero, pero con más altura, presenta una serie de grabados con escenas de las matanzas llevadas a cabo durante algunas de las campañas de Ptolomeo XII. Cruzamos su puerta para, los tres, acceder a la sala hipóstila formada esta por unas diez columnas policromadas (cinco a cada lado del pasillo central) que soportan un techo decorado con escenas astronómicas y los símbolos de las Dos Tierras. Pasamos a continuación a la cripta donde se encuentra una naos de granito y la cual está decorada con escenas que refleja la leyenda de Isis, Osiris y Horus. En la cripta estuvimos unos cuantos minutos escuchando las explicaciones y relato relativos a esta última leyenda por parte de Tarik. Después nos dedicamos a deambular por el exterior fotografiando los templos de Harendotes , de Hathor , el quiosco de Trajano, así como a un sonriente “fulano” que gustosamente posaba a cambio de unas pocas libras. Acabamos sentados en unos asientos de “artístico” cemento que formaban unas cuantas hileras que se sitúan frente a todo el conjunto monumental admirándolo mientras comentábamos su belleza como la del entorno en el que estábamos. Sentados allí mientras esperábamos la barca que nos devolviera a nuestro punto de partida mirábamos el magnifico trabajo arquitectónico que se mostraba frente a nosotros, así como a los “guiris” que deambulaban por todos lados restando quizás un poco de magia a Philae.







A los pocos minutos surcábamos las aguas del Nilo dejando atrás nuestra primer “tesoro” que orgulloso y bellísimo seguiría allí para que otros muchos lo admirasen y lo disfrutasen como lo habíamos hecho nosotros.

Antes de subir al autobús estuvimos regateando con los muchísimos vendedores y cambistas que se agolpaban alrededor de los vehículos, comprándole Elba y Susana un par de instrumentos de cuerda a un chico que nos preguntaba si éramos seguidores del Real Madrid (admiradísimo por aquellas tierras) y que hacia hincapié en mi perecido con Roberto Carlos. No entiendo el porque de su afirmación, teniendo en cuenta la “lacia melena rubia” que adorna mi cabeza, supongo que son “modernas técnicas de marketing” como es el hecho de que digan que su abuela es de Pamplona o que su madre se llama Lola, siendo ellos mas negros que un duro lunes de trabajo.

Ya de regreso en el barco, y antes de comer, nos pusimos los bañadores y nos dirigimos los tres a la piscina de cubierta. Aquello fue un espectáculo. El hecho es que tan pronto como Susana y Elba se pusieron al sol, en bikini, una considerable multitud de admiradores se agolparon en la calle que circulaba paralela al río y que estaba a la misma altura que nosotros, aproximadamente, sin apartar la vista de ellas. A mi, sinceramente la situación me pareció bastante curiosa, pues en España se suele miran lo mismo, pero se disimula un poquito mas. ¿Morbosa curiosidad? Quizás, pero también puede ser que para ellos las mujeres blancas y “sus mujeres” no están hechas del mismo material. Aunque yo creo, que lo que no esta hecho del mismo mimbre es la educación y los valores con los que somos hechos en uno u otro sitio


Estuvimos un buen rato al sol, dormitando, hablando, “no haciendo absolutamente nada”, haciendo fotos, bañándonos, etc hasta la hora de comer. Nuestra comida consistió básicamente en ensaladas siendo Susana la única que probó algo de carne. Según ella no estaba mal, aunque no tanto como el dulce que posteriormente se comió.

La tarde se nos presentó de lo más relajante y de lo más deliciosa. El caso es que partimos de Aswan aproximadamente a las 12:30 H con la firme intención de llegar a las 7:00 H a Kom-Ombo. La navegación por el Nilo, hasta nuestro destino, duró aproximadamente entre dos y media y tres horas, y nos permitió disfrutar del tiempo y del sol egipcio, del Nilo y de sus tranquilas aguas, del paisaje y de las imágenes que nos mostraban sus fértiles orillas y la gente que pos ellas se movían. Tuvimos tiempo de dormir en cubierta, como tan placidamente lo hizo Elba y Susana, de fotografiar cientos de detalles o de escenas, de sentir la brisa de cubierta, de tomar el típico te con unos riquísimos trozos de bizcocho y de charlar mientras nos deleitándonos por el solo hecho de encontrarnos allí

Llegamos a Kom-Ombo con la puesta del sol, lo que nos permitió tener una visión del templo, de todo el conjunto arquitectónico, realmente mágica y siendo el especial encanto que le daba la llegada de la noche y la calidez de unas luces doradas que lo arropaban.

Kom Ombo se nos apareció sobre una suave colina situada en una de las muchas curvas del Nilo, durante su trayecto hasta el Mediterráneo. Este lugar fue, durante el Periodo Ptolemaico, una importante ciudad, tal como lo prueba la existencia de sus monumentos y representaciones artísticas. Kom-Ombo debido a su proximidad al río ha sufrido durante su larga historia la erosión de las aguas lo que ha supuesto la perdida de parte del atrio, sin embargo y a pesar de ello, aun existe un magnifico conjunto digno de ser admirado, tal como era nuestro plan, el plan para esa noche.

Tan pronto descendimos del barco, ya nos encontramos una gran cantidad de gente dispuesta a “saquearnos”, de entre ellos destacaba un precioso crío, poseedor de una inteligente mirada, que junto con su bonito borriquillo desafiaba a la policía turística, a fin de sacar algo de pasta siendo el objetivo de las cámaras. Yo no le hice ninguna foto, no me sentiría bien si le robase una foto al chaval y a su burro, y no se lo pudiese pagar.

Siguiendo al guía y sus explicaciones accedimos al templo dedicado al dios Sobek (divinidad con cabeza de cocodrilo y cuerpo de hombre), aunque también encontramos representaciones de las diosas Hathor y Haroeris. De la explanada que se extiende frente al templo accedimos a la primera sala hipóstila las cuales muestran diversas escenas de ofrendas a los dioses del templo. Después, caminamos hacia la izquierda, hacia la casa del nacimiento o Nammisi y de la cual solo se mantiene en pie un muro decorado con escenas que reflejan la caza de aves en una zona de papiros. Seguimos a Swakin (creo que se escribe así el nombre de nuestro “rapidísimo y nervioso” guía) hacia la parte trasera del complejo, la mas alejada del río, donde pudimos observar los dos muros que rodean a todo el conjunto. Entre ellos existe un pasillo que fue por donde nos movimos. En las paredes de dichos muros aparecieron unos relieves que mostraban aspectos de los conocimientos que en el campo de la medicina, de la cirugía poseían en aquella época. Vimos representaciones de diverso material quirúrgico (pinzas, tenazas, etc.), escenas de partos y otras imágenes relacionadas con la medicina. Seguimos nuestra visita adentrándonos entre las muchísimas habitaciones que allí había y que culminaban en dos santuarios. En ellas vimos representado un calendario que dividía el año “egipcio” en función de las cosechas: el periodo anual se dividía en tres grandes estaciones dependiendo de si era época de cosecha, de germinación o de recolección de los cultivos.

Después de haber deambulando disfrutando del ambiente que existía mientras nos perdíamos entre aquellas piedras, aquellos muros y aquellas columnas nos dirigimos a una explanada donde estaba el Nilometro, que nos es más que un pozo que según su nivel de agua mostraba el nivel de crecida del río Nilo.

El rato que nos quedaba, desde que nuestro guía finalizo sus explicaciones y el regreso al barco, lo aproveche para sacar el trípode de la bolsa y así intentar hacer alguna foto decente teniendo en cuenta la poca luz de la que disponía. Fotografié lo que antes habíamos visto y tocado (somos gallegos lo reconozco): paredes, columnas, a nosotros mismos. Acabamos esta visita, con un tranquilo paseo, como el que es preciso dar para salir del recinto y que nos llevo a nuestro barco en donde nos refrescamos, donde nos duchamos, siendo nuestro siguiente objetivo la búsqueda de un sueño y de una cama que nos permitiese reponer unas fuerzas gastadas en nuestro primer perfecto día en Egipto, un primer día bajo la continua tutela del Nilo, como si fuésemos parte de un país, al que siempre cuido y ayudó a crecer.







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